Como habitantes de Bali, el primer día nos dimos cuenta de que aquí tener una moto es absolutamente imprescindible. Aquí no se puede hacer una vida normal sin una bicicleta. Incluso diría que es más importante que el alojamiento. 

Desafortunadamente, cuando intentamos comprarnos una bicicleta nueva en el concesionario -como extranjeros-, nos enfrentamos a tantas dificultades y tantos dolores de cabeza que decidimos dejarlo. En realidad, es más fácil arrendar un terreno que comprar una motocicleta.

Luego, cuando decidimos optar por unas unidades de alquiler, también enfrentamos desafíos. Por un lado encontramos grandes empresas que ofrecen bicicletas nuevas muy bonitas cuyo modelo de negocio es el alquiler diario o de corta duración, por lo que si calculas mensual o anualmente sale terriblemente caro. Especialmente para los que necesitábamos dos bicicletas en casa como nosotros. Por otro lado, encontramos un mercado local barato donde las bicicletas eran más viejas que nosotros y no eran nada seguras. Nuestra idea nació.